Mariana Perretti : “intentamos trabajar en otro tipo de valores en los que se imprime el pensar en cuanto nos
enriquece la diferencia y cómo podemos hacer de este mundo, un mundo para
todos”
Mariana Perretti Marés y yo. |
Nada mas entrar Mariana me recibe
con una sonrisa en sus labios. A pesar de lo mucho que ha vivido, irradia una
fuerza, poder, valentia y confianza digna
de compararse con las mas grandes heroinas de nuestra humanidad, un efecto que
provoca en cualquiera que la conozca.
Licenciada en psicología por la Universidad del Salvador (USAL)
Mariana es originaria de Argentina y actualmente lleva más de 9 años trabajando
y estudiando en España y actualmente posee la nacionalidad española.
Entre sus trabajos y su formación hay que destacar:
-Máster en neuropsicología clínica de la Universidad
Pablo de Olavide en Sevilla.
-Máster en gestión de recursos humanos de la
Confederación de Empresarios de Málaga (CEM).
-Psicóloga en la Asociación Malagueña Síndrome de
Asperger.
Actualmente trabaja como psicóloga en la Asociación
Asperger Madrid y estudia un máster en Terapia Familiar Sistémica
Constructivista en el centro de estudios de la familia CEFA.
Yo personalmente la conozco por ser mi terapeuta durante muchos años además de ser una de las personas a las que más admiro y en las que más confío.
Yo personalmente la conozco por ser mi terapeuta durante muchos años además de ser una de las personas a las que más admiro y en las que más confío.
¿Cómo y de que manera influyeron tus padres y su visión del mundo a la hora de escoger tu vocación y tu carrera?
Tanto mis padres como mi familia siempre han
trabajado dentro del “mundo social”. Mi padre es psicólogo y mi madre
trabajadora social y desde pequeña siempre he “mamado” toda su visión del mundo
y del trabajo. Yo desde pequeña siempre
he admirado y acompañado a mis padres y
he regido mi vida, en base a lo que he ido interpretando y entendiendo de su
comportamiento y su forma de ser. Es por ello que, sí que es verdad, que esa
experiencia ha afectado, no solamente a la elección de mi profesión sino
también a mí como persona, en mis valores, en mi forma de ser y entender a las
personas, en mi visión sobre las enfermedades, los trastornos… y en definitiva,
como es la psicología en general.
¿Cuáles fueron los motivos por los cuales te
mudaste a España?
Ha habido muchas cuestiones: en un principio mi
idea era simplemente conocer mundo pero
luego la verdad es que me he ido enamorando de la geografía, de las personas, y
he encontrado aquí mi lugar y he formado mi propia familia. De ese modo, lo que
iba a ser un viaje para conocer, se convirtió en un destino para vivir.
¿Has sufrido discriminación a lo largo de tu
vida por haber sido inmigrante o mujer? ¿Cuáles recuerdas que hayan sido las
situaciones más relevantes?
Recuerdo que cuando llegué a España tuve el gran
beneficio que fue que, gracias al tener otra nacionalidad, las puertas de, ya
sea de instituciones o de posibilidades de estudio se me abrieron por tener una
nacionalidad europea. Pero sí que es cierto
que más allá de esas oportunidades, he vivido situaciones en las cuales he
tenido encuentros con personas que han asociado, alguna situación particular,
con mi origen, ya sea o no de mi país. También creo que tengo rasgos que me
asocian, no solamente con Latinoamérica sino con marruecos y el mundo árabe, de
hecho me han llegado a confundir con gente de estos países. Pero, por otro
lado, sí que he tenido algunas ocasiones
en las que me he encontrado con personas particulares, que han asociado esa
característica con algo negativo, pero por suerte, llevo bastante tiempo sin
tener este tipo de episodios. Y es que ahora me siento completamente integrada
y querida por todas las personas que forman parte de todos los ámbitos de mi vida.
Recuerdo una situación de cuando empecé a
trabajar en un Car rental y entonces un señor tuvo un problema con la
empresa, y el, en lugar de hacer una queja formal, con lo que era el
procedimiento habitual de la empresa, lo que hizo fue atribuirlo a una cuestión
personal mía, y me pidió, no muy amablemente, “que me volviera a mi país”
Eso sí que me dolió, pero entendí que no tenía
nada que ver conmigo la situación o el problema que estaba teniendo este señor.
Y que lo había atribuido a una gestión mía y encima, a un rasgo mío que no tiene nada que ver y que no entraba dentro de lo que era mi
función o mi tarea en ese momento. Entonces en ese sentido sí que me dolió
bastante.
¿A qué crees que se debe la discriminación por
motivos de género o etnia hoy en día?
Creo que hay mucho desconocimiento y también hay
mucha desinformación y todo esto, sumado a que existen personas que tienen
mucha insatisfacción, que manipulan y
que intentan canalizar toda ese enfado hacia encontrar a alguien a quien
atacar. Muchas veces estos colectivos minoritarios, como pueden ser los
inmigrantes o las personas de otra nacionalidad u orígenes, son víctimas de
todo este enfado. En el fondo lo que veo es que hay mucha manipulación por
muchas personas que realmente obtienen un interés o un beneficio, que es, según
mi opinión, el de no hablar otras cosas o no querer tratar los temas que
verdaderamente les preocupan y adjudicarlo todo al origen de la persona, como
si eso fuera o se pudiese justificar algún tipo de comportamiento por su parte.
En todas estas cosas creo que hay mucha
desinformación además de cuestiones que tienen que ver con el descontento
generalizado de la población y es que muchas veces, se es más fácil encontrar
al enemigo y ponerle cara y atacarle. Además de eso soy consciente de que,
hablando en términos políticos, hay también beneficios en atribuir el malestar
a un grupo minoritario.
Si se te presentara ahora la oportunidad de cambiar
de trabajo o especialidad ¿Lo harías?
Estoy muy a gusto ahora mismo con mi trabajo y
mi especialidad. La formación a la que actualmente me estoy dedicando, está más
orientada al trabajo con las familias y creo que esto es una puerta muy
importante hacia lo que es el abordaje terapéutico del espectro autista. Pero
no por ello quisiera cambiar de trabajo.
Estamos muy acostumbrados a tratar simplemente a las personas
diagnosticadas y el hecho de incluir a toda la familia en el proceso
terapéutico, creo que es algo en lo que me gustaría seguir profundizando y
poder generalizarlo hacia que sea una práctica mucho más extendida en otros
contextos: por ejemplo en los hospitales pueden tener un apoyo, no solo las
personas diagnosticadas sino también las familias, e incluso poder desde las
propias asociaciones hacer algún tipo de intervención más integradora y
completa.
¿Has cambiado en tu forma de ver y ejercer la
psicología a lo largo de este tiempo?
Lo cierto es que sí que he cambiado bastante. Al
principio cuando no conocía el espectro autista, empecé a leer, a informarme y
formarme y fue, gracias a esas dudas y esa necesidad de
conocimiento, que hice una formación en neuropsicología que me sirvió muchísimo
para entender los perfiles cognitivos y
la forma de aprender. Pero comprendí que eso me dejaba un espacio con un
interrogante muy grande. Había cuestiones que no se podían explicar simplemente
a partir del funcionamiento neuro-cognitivo y
lo que me ha permitido el trabajo durante todo este tiempo es encontrar
distintas perspectivas que puedan enriquecerme para luego trabajar con las
personas.
¿Te arrepientes de alguna decisión tomada en tu
carrera profesional?
Creo que cada decisión que he tomado tiene que
ver con un momento de mi vida e intento ver siempre el aprendizaje que he
tenido. Seguramente que he hecho cosas o he tomado caminos que no han sido los
mejores, pero de todos puedo sacar un aprendizaje, es por ello que no me
arrepiento de nada, ya que intento ser muy positiva en ese sentido.
¿Alguna vez te has sentido identificada con el
colectivo TEA?
Si. Muchas veces me he sentido identificada en varias situaciones: por ejemplo, cuando recién llegué a España, tuve muchísimas
dificultades a la hora de entender muchos significados que tienen que ver más
con frases hechas o con refranes típicos de aquí. Muchas veces me pasó que me
chocaba a lo mejor alguna frase o no las
entendía y el hecho de preguntar sonaba
un poco raro, sobre todo con cosas que tienen que ver con el sentido común. Esa
situación de compartir el idioma y no saber de qué te están hablando, lo han
vivido también muchas persona TEA y el
hecho de ser inmigrante me ha hecho pasar por esas situaciones tan similares.
¿Estas situaciones te han hecho entender mejor
el punto de vista de las personas TEA?
Creo que el haberlas vivido en mi propia
experiencia me ha acercado desde otro lugar. No es lo mismo cuando uno ha
compartido en su experiencia personal cosas con las que va a trabajar luego,
que si simplemente es algo que te cuentan. Eso te permite empatizar de otra
forma y no solamente comprender, sino también tener una lectura más acertada.
¿Qué te ha enseñado el trabajar tanto tiempo con
personas TEA?
Me ha enseñado a quitarme esa idea que tenía cuando
no estaba en contacto con el TEA. Lo que aprendí en la carrera y la información a la que accedí, a través de mi
vida, profesional o no, tenía que ver con una idea muy alejada de la realidad
de estas personas. Y todo eso cambió, al encontrarme con familias y con el sufrimiento que estas padecían. El
encontrarme con distintas manifestaciones de lo que son esos criterios diagnósticos
y el poder conectar con cada familia en particular pudiendo comprobar, cómo
esos mismos criterios o etiquetas se manifestaban de forma diferente en una
persona, además de la forma de intervenir y de acceder a nuevas lecturas de la
realidad y estrategias que no pasaban
por un tratamiento estandarizado, eliminó cualquier rasgo estereotipado que
pudiera tener o pensar antes.
Todo esto en conjunto me ayudó muchísimo a
quitarme esa idea que muchas veces tenemos de las películas y que está muy
alejada de la realidad del autismo.
¿En qué ámbitos crees tú que necesitan más ayuda
las personas TEA para resolver sus dificultades?
Creo que hoy en día el gran reto de toda la
sociedad es y debería ser las personas TEA en la adultez. Hemos dedicado mucho
tiempo a diagnosticar en edades cada vez más tempranas, a entrenar y a formar a
educadores a la hora de detectar primero los indicadores y se ha dado un avance
muy grande en todo lo que es el diagnóstico, pero creo que en las personas
adultas hay temas como por ejemplo la autonomía, el trabajo, de la vivienda…
son cuestiones en las que todavía estamos bastante lejos y creo que son
prioritarias en la actualidad.
Hoy en día casi
todos los colegios tienen profesores
de apoyo, logopedas, pero una vez que termina la persona su etapa
educativa, la persona TEA adulta se
encuentra con muy pocas empresas que respeten la cuota o los espacios que
puedan ayudarles a tener una vivienda digna, compartir piso o trabajar esa
cuestión de la autonomía.
¿Cuáles consideras tú que son los mayores
problemas que sufren las personas TEA en la sociedad?
Creo que uno de los grandes problemas, tiene que
ver con el hecho mismo de tener una
etiqueta que les diferencie en una sociedad que no está acostumbrada o que no
le gustan las diferencias. He visto muchas personas que no han querido mostrar
esa etiqueta porque el hecho de ser diferente, o tener un papel que diga que
eres diferente, hoy en día por desgracia en esta sociedad en la que vivimos es
un punto negativo. Por eso intentamos que el trabajo que hacemos no sea
simplemente con las personas diagnosticadas sino también con la sociedad en
general, intentamos trabajar en otro tipo de valores en los que se imprime el
pensar en cuánto nos enriquece la diferencia y cómo podemos hacer de este mundo,
un mundo para todos.
¿De qué formas o maneras les ayudas tú en tu día
a día?
Yo creo que mi labor no solamente es a nivel
clínico en la terapia, sino que intento trasmitir, no solamente a las familias
que atiendo sino en general y las personas con las que me relaciono, esa idea
de que es importante de que nos complementemos, que encontremos en las demás
personas cosas que nos puedan valer, el valor de la diferencia y lo interesante que es que todos podamos
encontrar un lugar en el mundo donde sentirnos que podemos aportar algo. Yo
intento en mi vida diaria llevar esto a cabo en las relaciones que tengo o las
personas con las que trato.
Háblame de cómo te sientes en tu día a día
trabajando con personas TEA y qué es lo que te aportan.
Creo que me aportan una visión diferente de la
vida, que a mí personalmente, me enriquece. Más allá de los síntomas o de los
criterios diagnósticos, creo que hay personas con experiencias y con historias
de vida que son fantásticas y que muchas veces me maravillan y me aportan
muchísimo a mi persona. Cada familia o paciente es como una película o un buen
libro que leo.
¿Cuáles mitos consideras más falsos y
denigrantes en lo que se refiere al TEA?
Hay ciertos mitos o ideas que se trasmiten que
tienen que ver con esta idea de “personas máquina” de personas que no sienten,
que hacen las cosas de manera automatizable o muy repetitiva y en el fondo, la
realidad es que me he encontrado con personas en las que eso no es más que un
simple mecanismo de defensa, es decir, que no es su característica principal.
No me gusta que se les asocie con una carencia de sentimientos, ya que en el
fondo son tan sensibles como todos, solo que la forma de manifestarlo es
diferente. Eso genera todo tipo de malentendidos y que esa misma situación,
pueda llegar a ser traumática para muchas personas.
¿Has conseguido todo lo que esperabas en esta
vida?
Creo que es un largo recorrido y que aún me
queda mucho por recorrer. Creo que hay mucho por hacer. Pienso que el trabajo de
los profesionales tiene que ser un aporte, no solamente en las familias que
atendemos en las terapias, sino también a nuestros pacientes y a la comunidad en general. Los profesionales
debemos poder utilizar toda esta información que tenemos y a la que llegamos para que sirva de
ayuda a todos los colectivos. Es por
ello que el poder articular y trabajar con distintos ámbitos es parte de
nuestro trabajo, no solamente las terapias que hacemos sino en un campo mucho más
amplio y sobretodo más coordinado con otros profesionales interdisciplinarios
que puedan también coordinar el trabajo con otras disciplinas que inciden en
los tratamientos.
Espero sinceramente que la vida me siga poniendo
retos para poder vencerlos y seguir intentándolo. Soy una persona luchadora y
considero los retos como incentivos. Espero que esta vida me siga poniendo
situaciones complicadas para mantenerme viva.
¿Qué crees tú que necesita la sociedad para
entender y comprender mejor el mundo de las personas TEA?
Creo que la sociedad necesita dejar de llevarse
por las etiquetas a la hora de empezar a relacionarse con las personas. Dejar
de pensar en las discapacidades y
empezar a pensar en las capacidades. Dejar de señalar a los diferentes e intentar
modificarlos, en lugar de ver qué puede aportar cada uno y como nos podemos
enriquecer. El encuentro y la relación
entre las personas deberían ser desde otro lugar y con otras
perspectivas, no desde la etiqueta que tengas.
Creo que esto es algo que la sociedad necesita
entender.
el resto de las fotos de la entrevista las colgaré en el facebook
Felicidades a las dos. Sigue haciendo el trabajo extraordinario que has hecho hasta Mariana!.
ResponderEliminarMe encanta este articulo ya que reivindica nuestras virtudes y cualidades positivas de lo de ser diferentes
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