La serie Atípico se estreno en Netflix en Agosto de 2017.
Trata sobre la vida de Sam, un adolescente TEA y de su familia mientras este
intenta conseguir una novia y su familia pasa por diversos amores y desamores.
La serie fue creada, producida y escrita por Robia Rashid, que había
participado previamente en series de gran éxito, siendo “Como conocí a vuestra
madre” la más conocida.
Análisis
La serie es bastante entretenida de ver, no hay momentos ni
demasiado aburridos ni momentos demasiado ridículos que arruinen el visionado.
Varios actores y actrices como Bridgette Loundy-Paine, que interpreta a la
hermana de Sam, o Nik Dodani que da vida a un (tremendamente pervertido) amigo
del trabajo, Zahid. Mención especial merece Keir Gilchrist, el protagonista.
Aunque su trabajo cae bastante en el estereotipo de cómo es un autista, el actor
logra dar mucha verosimilitud al personaje y protagoniza buenísimos momentos de
comedia a lo largo de toda la serie (es comedia que surge cuando los autistas
señanalamos la falta de lógica y estupidez de muchas cosas que la gente da por
supuestas).
Pero aun así la serie tiene varios defectos, siendo el primero
el que es un conjunto de historias, en la que el autismo solo ocupa una pequeña
parte, y que cada cual parece sacada de una serie diferente. Tenemos el drama romántico
adolescente con la hermana y el chico “rebelde” (que personalmente me parece
una copia de “Quiero ser como Beckham”), el drama de la madre al estilo “Sexo en Nueva York” que relata (con camarero atractivo incluido) por qué las mujeres a partir de los 40 empiezan a actuar como
adolescentes. (interpretada por Jennifer Jason-Leigh) y la comedia a lo Big
Bang Theory con Sam y Zahid entre dos chicos frikis en los que el “experto” en
chicas es en realidad un chico lujurioso y patético enseñando a un inocente formas
rapidas y de dudosa moralidad para tener sexo. Ninguno de los momentos llega a estar mal
dirigido, pero muestra que a la serie le falta un foco central y que no se
atrevieron a mantener el autismo como el centro de la serie.
El espectro
en la serie.
Como ya he mencionado antes, la serie no brilla en este
aspecto. Sam no está mal llevado y no es una mala caracterización de una persona
TEA, y aunque tiende bastante a los
estereotipos, lo hace sin ser excesivamente obvio. Más de una vez una Persona TEA
se podrá sentir identificada con él y con sus dificultades, tics y formas de
ver las cosas.
Por desgracia, tras el primer capítulo el centro da la serie
pasa a ser un conjunto heterogéneo en el que las tramas de sus amigos y familiares
pasan a tener un mayor peso. Cierto es que la búsqueda de Sam por tener novia
es algo recurrente en todos los capítulos, pero se pierden muchas posibilidades
que se podrían haber desarrollado, como el acoso o su trabajo (como vendedor de
cara al público nada menos) que hubiesen mantenido el foco sobre el autismo y
que sabemos que darían para crear muchas líneas argumentales.
Me entristece también el ver que se reduzca toda la evolución
de Sam a su capacidad de tener una pareja y llegar a tener sexo. Varias veces
he defendido la capacidad que tenemos las personas TEA de amar y tener pareja,
y como lo deseamos como cualquier otra persona, pero aun así no puedo evitar
ver como Sam no tiene un objetivo claro. No se plantea el tener una relación a
largo plazo o la reprocidad que le exigirá la relación, ni es consciente de las
maravillas de tener a alguien que desea estar a tu lado el resto de su vida.
A lo largo de la serie vemos como Sam se muestra mas
interesado en “explorar el universo femenino” mas para conseguir sexo que
realmente porque de manera romántica busque tener a una novia que le entienda,
le quiera y le comprenda tal como es. Ejemplo de ello son el capítulo de la
fresa, el de la proposición de sexo o en el que ve por primera vez unos pechos.
Estos giros en la trama hacen que te dé la sensación de que estás viendo la película
American Pie más que una serie de autismo. Y aunque (tanto en American Pie como
en esta serie) hay algunos momentos “románticos” están tan esperpénticamente llevados
que no hacen sino afianzar esta postura.
En todo momento si Sam empieza
buscar una novia es por sugerencia de su Psicóloga, interpretada por Amy Okuda.
Considero que este foco tan superficial en el tema de tener una relación de
pareja no permite explorar otros retos para el personaje.
Por último deseo hablar acerca del mayor fallo de cómo representar
el autismo (aquí y en muchos otros sitios) en la serie, lo que me obliga a
hablar del personaje de la madre, Elsa, y del tratamiento del autismo como una
tragedia que destruye la vida de los padres.
Mientras que soy consciente del las dificultades, batallas y
sinsabores que supone el criar a un hijo en un mundo que no está adaptado a él,
si reconozco que la labor y los sentimientos de los padres merecen ser
reconocidos y apoyados, y aplaudidos; Pero por desgracia, muchas veces se
maximiza una imagen de que la cría de un niño autista es sufrimiento constante.
El regodearse en el sufrimiento y las dificultades impide que los padres
comprendan a sus hijos, conecten con ellos y aprendan mutuamente creando una
relación que nunca será “normal”: una relación de amor y comprensión sincera
entre padres e hijo.
El activista autista Jim Sinclair explicaba en su artículo “No
sufran por nosotros”(que podéis ver pinchando aqui ) que acabábamos por sentir al ver esto:
”Por lo tanto, cuando los padres dicen,
“Desearía que mi hijo no tenga autismo,”
Lo que realmente están diciendo es,
“Desearía que el hijo autista que tengo no exista, y que tuviera
un hijo diferente (no autista) en su lugar.””
Esto es por desgracia implicado por Elsa cuando da a entender
varias veces que perdió muchísimo de su vida por cómo es su hijo, usándose esto
como excusa para varios comportamientos muy destructivos que ella comete. Para
añadir sal a la herida, acude a un grupo donde (siguiendo el estilo de una reunión
de familiares de alcohólicos) comparten como sufren. Nuevamente, el encontrar
apoyo es una muy buena idea pues ayuda a tomar la tarea de ser padre de una
forma más positiva, pero la serie no lo muestra de esa forma. Se trata además de
una madre muy controladora con su hijo, llegando a discutir con la psicóloga de
Sam por llegar a sugerirle que podría alguna vez buscar pareja.
La propia psicóloga trata de ayudar a la madre con ello, sugiriéndole
de forma comprensiva que acuda a terapia ella para superar los miedos y
ansiedades ante la independencia de su hijo (cosa que rechaza groseramente). Sé
que es normal sentirse protector con alguien que tiene dificultades, pero
hablamos de un chico que es perfectamente capaz de tener un trabajo con el que
pagar sus gastos. DE CARA AL PÚBLICO.
Tenemos que poder señalar en qué momento los padres sobrepasan
sus obligaciones y señalar que ser padre de un autista es bueno y es malo, pero
que siempre, siempre es maravilloso si hay sincero amor y comprensión.
Por éstos días leí un comentario en Twitter, bastante crítico hacia los padres. Tras leer tu blog, considero que no es fácil para ambas partes.
ResponderEliminarLa persona con autismo vive en medio de tantas adversidades, y los padres sufren y padecen con ellos también.
Pero si estoy de acuerdo en que la aceptación y el apoyo es fundamental.