jueves, 20 de abril de 2017

LA TERAPIA DEL ARTE







¿Por qué admirar un paisaje en un cuadro nos hace sentirnos tranquilos? ¿Qué es lo que tiene la música que nos hace disfrutar, reír y llorar  con ella, con sus ritmos y tonalidades? ¿Por qué la música clásica nos relaja y nos concentra? ¿Por qué cuando hacemos teatro nos expresamos con una soltura que no tenemos en el día a día? ¿Qué tiene el escenario que al subir a él nos transformamos? ¿Por qué el danzar y dar vueltas con la música nos libera de presiones? ¿Por qué cuando pintamos nos sentimos en armonía con la composición y los colores? ¿Por qué para nosotros es sinónimo de placer el escuchar una canción en bucle? ¿Qué tiene el cromatismo, la luz y el diseño de una pintura que nos fascina tanto?


¿Qué persona TEA no se ha sentido identificada con algunas de estas afirmaciones?

Todas estas afirmaciones, tienen en su origen una  explicación:

Las personas TEA, desarrollamos una capacidad, en cierto modo innato, de apreciar y mostrar más sensibilidad y comprensión hacia aquellos estímulos que son resultado de cualquier tipo de arte. Esto se debe a que, al hablar de lenguaje y de expresión, una de las muchas formas de ello es a través del arte. Sin embargo, esta forma de expresarse, tan codificada y críptica para algunos (neurotípicos) son incapaces de entender, creando por consiguiente un desconocimiento y rechazo hacia estas prácticas.

Cada causa, estímulo y lenguaje, es en sí mismo, una forma codificada de expresión y el que tu no lo entiendas, no significa que no exista como forma de comunicación.

Un ejemplo de ello, sería el de la película “Encuentros en la tercera fase” (película que mi pareja me obligo a ver) donde los alienígenas se comunicaban con los humanos  a través de la música. Los humanos no llegaban a entender completamente que significaba ese lenguaje, pero claramente tenía un significado por mucho que  no lo entendieran. Así mismo las creaciones de un autista representan un lenguaje con significado que muchas veces no se puede expresar con palabras.


Las personas TEA estamos acostumbradas a vivir fingiendo, a jugar en un mundo cuyas reglas nos son confusas y en muchos casos desconocemos. Esto en el día a día nos genera una gran fuente de estrés y de ansiedad. Sin embargo es en el lenguaje del arte donde no tenemos que fingir, y podemos ser y expresarnos como verdaderamente queremos y sentimos. Y es que el arte  lo controlas tú mismo y tú pones las reglas. Reglas que, las personas como tú hablan en tu “mismo idioma” y pueden entender.

En este post me centraré a hablar de aquellas tres terapias consideradas como algo artístico y una forma de expresión del arte: la musicoterapia, el arteterapia y el teatro.

Los beneficios comunes de estas tres terapias son los siguientes:


-Ayuda a expresar un sentimiento
-Aumento de la atención.
-Capacidad para relacionar conceptos que aprendemos a aplicarlo en la vida diaria.
-Aprendizaje de pautas y destrezas a nivel social.
-Incremento de  la vocalización y el lenguaje.
-Estimula aspectos comunicacionales
-Estimula procesos mentales como la comprensión, la  conceptualización  y las capacidades simbólicas.
-Ayuda a relajarte y a estar concentrado.
-Facilita la comunicación  y la comprensión entre personas TEA y neurotípicos.
-Aumenta la capacidad de confianza en personas externas a los TEA.
– Estimula la comprensión de diversos aspectos del lenguaje.
– Incentiva el deseo de comunicación.
– Ofrece un  espacio para la autoexpresión.
- Aumento de las habilidades motoras.
-Aumento de la autoestima y de la seguridad en uno mismo.
-Respeto por el otro y mejora de las relaciones sociales.
-Control de la frustración.
-Aumento de la disciplina, incremento de valores y normas de convivencia.
-Fomento de hábitos de lectura y escritura.
-Adquisición de hábitos responsables.
-Fomento del pensamiento y el diálogo interno.
-Agudización de los sentidos.
-Estimulación de la imaginación y potenciación de la creatividad.



Música y danza: La musicoterapia.






Los especialistas aseguran que el sonido musical llega a áreas del cerebro inalcanzables al lenguaje. La música se ha convertido en un instrumento curativo para un creciente número de enfermedades o trastornos cerebrales graves que son poco accesibles a terapias más convencionales. En este aspecto destacan Las sonatas de Mozart como las más recomendables para las personas TEA.

Las personas TEA somos capaces de enfocar gran parte de nuestra atención en pequeños detalles y por ello muchos somos capaces de comprender y procesar conceptos como el  timbre, intervalo, melodía, ritmo e incluso aspectos de mayor nivel como las estructuras musicales. A esta capacidad innata se le denomina oído absoluto (es un término que se utiliza para señalar la capacidad de identificar una nota por su nombre y producir exactamente una nota  sin la ayuda de una nota de referencia)

Las personas TEA somos mucho más capaces de reconocer la emociones en las piezas musicales, pero nos cuesta expresar este sentimiento verbalmente. A esto se le denomina alexitimia  (trastorno neurológico que consiste en la dificultad para identificar las emociones propias y expresarlas verbalmente)

Dado que las personas  TEA somos capaces de identificar la emoción en la música, aunque nos cueste verbalizarla, encontramos en este medio un vehículo y un puente para expresar la emoción.

Esto hace que el arte de escuchar, ver, sentir y utilizar la música y la danza para expresar nuestros sentimientos, provoque cambios en nuestro cuerpo y nuestra mente.

A las personas TEA nos agrada la voz más que ninguna otra forma o presentación del sonido. Es por ello que  el timbre de voz  juega el papel terapéutico más importante ya que es el instrumento más cercano 

Una característica exclusiva de la musicoterapia es que facilita, mediante ciertos instrumentos, una toma de conciencia sobre el esquema corporal: esto sucede principalmente con instrumentos de viento. En muchos casos, el uso de la flauta puede incrementar la autopercepción  sobre zonas como la boca, los labios,  los dientes y la lengua, permitiendo una gradual toma de conciencia sobre los mecanismos que producen el habla y los órganos implicados en los mismos.

Otra ventaja de la musicoterapia también es que actúa como reductor  de la ansiedad y aumento del placer por realizar y escuchar sonidos repetitivos. El hecho de tocar instrumentos, sentirlos y hacerlos sonar genera todos estos sentimientos.

Arteterapia: la expresión de las artes plásticas.

 

                  

 

Desde el inicio de la experiencia humana la pintura y la escultura han sido utilizadas como medio para expresar cualquier idea, desde conceptos religiosos hasta la melancolía por el paso del tiempo o la muerte. Después del habla y la música es el lenguaje más universal de nuestra especie. ¿Quién de pequeño no ha pintado cuándo estaba contento? ¿Cuántas veces hemos visto usarse dibujos para probar el sufrimiento de un niño en las películas?

Para multitud de personas con TEA las artes plásticas son una forma de evadirse y expresarse. De hecho muchos chicos autistas tienen grandes capacidades con la pintura y se dice (aunque ya sabéis la postura de este blog sobre este tema) que artistas como Dalí o Van Gogh podrían haber sido Asperger.

Pero no hace falta ser Dalí para poder expresarse. 

Como ejemplo incluyo aquí fotos que tome en la exposición “Yo veo lo que tú no ves” celebrada en el Caixaforum de Madrid en 2015, que recogía muchas obras realizadas por autistas que mostraban su visión del mundo.


















Ya he recogido las ventajas comunes de las terapias así que me centrare en las particularidades del arte. La mente de una persona autista funciona más por imágenes que por conceptos. Lo que nosotros pensamos nos aparece como imágenes en la cabeza, lo que nos dificulta expresar lo que sentimos o pensamos con un lenguaje tan distinto como la palabra y los conceptos abstractos.






La pintura o la escultura nos permite plasmar más directamente nuestra forma de pensar, nos da la libertad de abrir nuestra mente de una forma que otro medio no nos deja. Es por ello una terapia que bien usada puede ayudar a comprendernos con las demás personas.

Otra particularidad es la variante de la cromoterapia, el uso de colores para influenciar los estados de ánimo. El uso de ciertos colores nos puede ayudar a relajarnos y a organizarnos.

Unido a ello está que las pinturas e imágenes producen un efecto en nosotros. Este puede ser calmante o estimulante, o cualquier otra cosa, pero el resultado es que muchos de nosotros solemos volver una y otra vez a cuadros, fotos, comics… en busca de esa sensación. Es en cierto modo algo similar a aletear u otros comportamientos similares.

El teatro: el escenario del mundo.

 


El teatro es el lugar donde puedes ser quien quieras. Es el lugar donde las limitaciones de tu vida desaparecen. Con el teatro, las limitaciones, incomprensión, dudas e incertidumbres no existen, ya que todo lo que sientes y quieres lo puedes tener.

 Puedes vivir aventuras, romances y tragedias. En el teatro uno es libre. Con él, el mundo te parece un lugar pequeño ya que no hay límite que no puedas superar. El teatro te ayuda a descubrir posibilidades que hasta entonces no creías posibles, te abre las puertas a un mundo en el que todo puede ocurrir. Y lo mejor de todo es que es real. Lo vives lo tocas y lo sientes en cada parte de tu cuerpo y tu ser.

El teatro como terapia nos trae la posibilidad de vivir situaciones que nos ayudan a aprender sobre la vida en un entorno controlado en el que estamos a gusto. El teatro permite ejercitar muchas capacidades y hacernos sentir libres al mismo tiempo.
No funciona exactamente como los ejercicios de role-playing que se suelen realizar con chicos TEA, dado que estos siguen teniendo un componente de impredecibilidad y en ellos hemos de crear la situación nosotros mismos. En el teatro sin embargo sabemos que va a pasar, podemos hacerlo sin miedo y sin presión y podemos luego discutirlo en profundidad.






En mi caso el teatro me salvó la vida. Entre en un grupo de teatro al poco de conocer que era asperger. Llegué débil y herida, con una falta absoluta de fe en el mundo y en la humanidad que tanto daño me había hecho. Sin embargo  en medio de una de las peores etapas de mi vida el teatro me enseñó a ver la vida con otros ojos. Me proporcionó  las herramientas necesarias para ver que había cosas en este mundo por la que merecía la pena levantarse y seguir luchando.  En definitiva el teatro me salvó. 

Disfrute cada clase, actuando, interpretando a  otras personas, divirtiéndome con unos compañeros que me apoyaban y me animaban. No solo aprendí muchas cosas de como relacionarme con otros o de comportamiento social… sino que podía ser buena en muchas cosas y que había gente que me apoyaría.




                                                                                 

2 comentarios:

  1. Un gran articulo. Las personas con TEA podemos ser originales y tenemos un rico mundo interior. Estas terapias desmontan esa mentira que eran las descripciones que se hacia de nostros hace unos años, diciendo que no teniamos originalidad y pintandonos como robots sin nada en el cerebro mas qur nuestras obsesiones.

    Incluso personas autistas con grandes impedimentos son SERES HUMANOS CON VIDA.
    ¡Viva la vida llena de contenido y significado que todos podemos tener!

    Pd: ¿Cúal es el problema con "encuentros en la tercera fase"? Es una gran pelicula.

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  2. El arte es la manifestacion y representacion de las cualidades y sentimientos del artista y en las personas tea eso es muy importante

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