El
vivir de forma independiente es uno de los mayores objetivos para las personas
con diversidad. Independientemente de si necesitamos más o menos apoyos para
lograrlo, el vivir nuestra vida y tomar nuestras decisiones es una meta básica para
vivir una vida digna.
En
este artículo quiero responder a unas ideas expuestas por Ignacio Pantoja,
tratando este tema en su artículo “El espectro del autismo y la emancipación”,
publicado en Autismo Diario.
Ignacio Pantoja es colaborador habitual de esta
publicación online y es TEA al igual que yo.
Podéis ver el artículo completo pinchando aqui
En
primer lugar quisiera oponerme a lo que él considera el mayor impedimento: el
miedo.
“Las personas con TEA, como es mi
caso, tenemos miedo de muchas cosas; este miedo viene producido por el bullyng y discriminación que
hemos sufrido en nuestra infancia y adolescencia, cosa que también se
manifiesta en trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y ansiedad como he comentado
en otros artículos.
Es este miedo, o incluso pánico,
el que hace que no podamos ser totalmente independientes…]).”
El
enfoque, en mi opinión, no debe ser el miedo, Si no en las causas de ese
miedo. Y además no solo en eso. Mientras
que es cierto que las personas en el espectro (así como cualquier persona con
diversidad del tipo que sea) somos víctimas preferentes del bulling, y es cierta
también la terrible impronta que ello deja en el individuo, esto no es
suficiente para parar a una persona.
Lo
que es, por desgracia, realmente capaz de pararnos es la gran dificultad de
estudiar o conseguir empleos que nos permitan tener nuestros ingresos. Las
dificultades para alquilar un piso al ser clasificado como “discapacitado” (por
no hablar de conseguirlo adaptado si es el caso). Y eso sin contar transporte y
otras más cosas que no deberían ser un problema, pero que carecen de unas
adaptaciones que nos beneficiarían a todos.
En
la adaptación es donde reside la clave para que cualquiera, sea como sea, pueda
realmente emanciparse.
También
serian cambios sociales los que acabarían con las causas del miedo que Ignacio
comento: más recursos contra el bullyng o legislaciones más severas contra los
agresores ayudarían a paliarlo. Y se nos pueden ocurrir mas soluciones, como
castigos contra las propias escuelas que no impongan medidas efectivas para
paliar los excesivos casos de claustros y direcciones que ignoran el problema
hasta que un niño resulta gravemente herido o incluso muerto.
En
otro punto en el que me hallo en desacuerdo es la aparente equivalencia por
parte del autor entre hacer las cosas solo y vivir fuera de casa de los padres
con la independencia y la emancipación:
“Creo que para ser independiente,
una persona con TEA debe de hacer ciertas cosas solo, por ejemplo: hacer sus
rutinas solo, como ir al trabajo o a los estudios sin necesidad de que le
lleven, ocuparse de su ropa y de su cuarto, aprender a cocinar y a hacer la
compra, ser consciente de tomar su medicación (si es el caso) de manera
autónoma y sobre todo (lo más difícil), aprender a resolver conflictos con
otras personas.
El último paso sería la vida
fuera del entorno familiar, separados en otra casa, pero es cierto que muchos
no podrán llevar una vida totalmente autónoma, quizá la mayoría de nosotros.”
Aunque
sé que no es necesariamente la intención del autor, hemos de indicar y repetir
cuanto haga falta que tener apoyos y necesitar para algunas cosas ayuda no
impide NADA el ser independiente.
Se
trata de un aspecto cultural que hemos de eliminar de raíz. El necesitar apoyos
en el día a día, no es algo censurable ni hace menos al individuo, es algo
equivalente a usar ropa para no tener frío. Algo necesario y no reseñable (digo
esto sin intención de minusvalorar la encomiable y sacrificada labor de las
personas que se dedican a prestar estos
apoyos).
Me
atrevería a decir que hasta se es independiente aunque uno jamás deje de vivir
con los padres. ¿Por qué?: porque la independencia real es poder vivir la vida
de uno mismo de una forma completa, tomando nuestras propias decisiones y
creando nuestro futuro, siendo seres humanos completos. Y esto no tiene nada
que ver con la ayuda que uno necesite ni como viva.
Por
lo cual, para concluir, debemos tener presentes dos cosas: el miedo no es una
fuerza tan fuerte ni un enemigo tan difícil de combatir como pueda ser las
causas sociales y la discriminación implícita en ellas hacia una persona con diversidad.
No debemos confundir conceptos como diversidad, autonomía y madurez y el hecho
de que necesites ayuda para hacer determinadas acciones no te incapacita para
poder disfrutar de la vida independiente.
finalmente quería comentar que la intención de este post fue la de comentar un artículo relacionado con la vida independiente para posteriormente, ser mandado y publicado en unas jornadas organizadas por
Plena Inclusión conocidas con el nombre de "CONSTRUIMOS MUNDO" a las que yo pienso asistir en calidad de autogestora y que se celebrarán próximamente.
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