lunes, 27 de marzo de 2017

ENTREVISTA A MARIANA PERRETTI






Mariana Perretti : “intentamos trabajar en otro tipo de valores en los que se imprime el pensar en cuanto nos enriquece la diferencia y cómo podemos hacer de este mundo, un mundo para todos”

Mariana Perretti Marés y yo.
Nada mas entrar Mariana me recibe con una sonrisa en sus labios. A pesar de lo mucho que ha vivido, irradia una fuerza, poder, valentia y confianza digna de compararse con las mas grandes heroinas de nuestra humanidad, un efecto que provoca en cualquiera que la conozca.



Licenciada en psicología por la Universidad del Salvador (USAL) Mariana es originaria de Argentina y actualmente lleva más de 9 años trabajando y estudiando en España y actualmente posee la nacionalidad española.
Entre sus trabajos y su formación hay que destacar:
-Máster en neuropsicología clínica de la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla.
-Máster en gestión de recursos humanos de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM).
-Psicóloga en la Asociación Malagueña Síndrome de Asperger.
Actualmente trabaja como psicóloga en la Asociación Asperger Madrid y estudia un máster en Terapia Familiar Sistémica Constructivista en el centro de estudios de la familia CEFA.
Yo personalmente la conozco por ser mi terapeuta durante muchos años además de ser una de las personas a las que más admiro y en las que más confío.


¿Cómo y de que manera influyeron tus padres y su visión del mundo a la hora de escoger tu vocación y tu carrera?

Tanto mis padres como mi familia siempre han trabajado dentro del “mundo social”. Mi padre es psicólogo y mi madre trabajadora social y desde pequeña siempre he “mamado” toda su visión del mundo y del trabajo.  Yo desde pequeña siempre he admirado y acompañado a mis padres  y he regido mi vida, en base a lo que he ido interpretando y entendiendo de su comportamiento y su forma de ser. Es por ello que, sí que es verdad, que esa experiencia ha afectado, no solamente a la elección de mi profesión sino también a mí como persona, en mis valores, en mi forma de ser y entender a las personas, en mi visión sobre las enfermedades, los trastornos… y en definitiva, como es la psicología en general.

¿Cuáles fueron los motivos por los cuales te mudaste a España?

Ha habido muchas cuestiones: en un principio mi idea era simplemente  conocer mundo pero luego la verdad es que me he ido enamorando de la geografía, de las personas, y he encontrado aquí mi lugar y he formado mi propia familia. De ese modo, lo que iba a ser un viaje para conocer, se convirtió en un destino para vivir.

¿Has sufrido discriminación a lo largo de tu vida por haber sido inmigrante o mujer? ¿Cuáles recuerdas que hayan sido las situaciones más relevantes?

Recuerdo que cuando llegué a España tuve el gran beneficio que fue que, gracias al tener otra nacionalidad, las puertas de, ya sea de instituciones o de posibilidades de estudio se me abrieron por tener una nacionalidad europea. Pero sí que es cierto  que más allá de esas oportunidades, he vivido situaciones en las cuales he tenido encuentros con personas que han asociado, alguna situación particular, con mi origen, ya sea o no de mi país. También creo que tengo rasgos que me asocian, no solamente con Latinoamérica sino con marruecos y el mundo árabe, de hecho me han llegado a confundir con gente de estos países. Pero, por otro lado,  sí que he tenido algunas ocasiones en las que me he encontrado con personas particulares, que han asociado esa característica con algo negativo, pero por suerte, llevo bastante tiempo sin tener este tipo de episodios. Y es que ahora me siento completamente integrada y querida por todas las personas que forman parte de todos los ámbitos de mi vida.

Recuerdo una situación de cuando empecé a trabajar en un Car rental  y entonces un señor tuvo un problema con la empresa, y el, en lugar de hacer una queja formal, con lo que era el procedimiento habitual de la empresa, lo que hizo fue atribuirlo a una cuestión personal mía, y me pidió, no muy amablemente, “que me volviera a mi país”

Eso sí que me dolió, pero entendí que no tenía nada que ver conmigo la situación o el problema que estaba teniendo este señor. Y que lo había atribuido a una gestión mía y encima, a un rasgo mío que no  tiene nada que ver y  que no entraba dentro de lo que era mi función o mi tarea en ese momento. Entonces en ese sentido sí que me dolió bastante.


¿A qué crees que se debe la discriminación por motivos de género o etnia hoy en día?

Creo que hay mucho desconocimiento y también hay mucha desinformación y todo esto, sumado a que existen personas que tienen mucha insatisfacción, que manipulan  y que intentan canalizar toda ese enfado hacia encontrar a alguien a quien atacar. Muchas veces estos colectivos minoritarios, como pueden ser los inmigrantes o las personas de otra nacionalidad u orígenes, son víctimas de todo este enfado. En el fondo lo que veo es que hay mucha manipulación por muchas personas que realmente obtienen un interés o un beneficio, que es, según mi opinión, el de no hablar otras cosas o no querer tratar los temas que verdaderamente les preocupan y adjudicarlo todo al origen de la persona, como si eso fuera o se pudiese justificar algún tipo de comportamiento por su parte.

En todas estas cosas creo que hay mucha desinformación además de cuestiones que tienen que ver con el descontento generalizado de la población y es que muchas veces, se es más fácil encontrar al enemigo y ponerle cara y atacarle. Además de eso soy consciente de que, hablando en términos políticos, hay también beneficios en atribuir el malestar a un grupo minoritario.

Si se te presentara ahora la oportunidad de cambiar de trabajo o especialidad ¿Lo harías?

Estoy muy a gusto ahora mismo con mi trabajo y mi especialidad. La formación a la que actualmente me estoy dedicando, está más orientada al trabajo con las familias y creo que esto es una puerta muy importante hacia lo que es el abordaje terapéutico del espectro autista. Pero no por ello quisiera cambiar de trabajo.  Estamos muy acostumbrados a tratar simplemente a las personas diagnosticadas y el hecho de incluir a toda la familia en el proceso terapéutico, creo que es algo en lo que me gustaría seguir profundizando y poder generalizarlo hacia que sea una práctica mucho más extendida en otros contextos: por ejemplo en los hospitales pueden tener un apoyo, no solo las personas diagnosticadas sino también las familias, e incluso poder desde las propias asociaciones hacer algún tipo de intervención más integradora y completa.

¿Has cambiado en tu forma de ver y ejercer la psicología a lo largo de este tiempo?

Lo cierto es que sí que he cambiado bastante. Al principio cuando no conocía el espectro autista, empecé a leer, a informarme y formarme  y fue,  gracias a esas dudas y esa necesidad de conocimiento, que hice una formación en neuropsicología que me sirvió muchísimo para entender los perfiles cognitivos  y la forma de aprender. Pero comprendí que eso me dejaba un espacio con un interrogante muy grande. Había cuestiones que no se podían explicar simplemente a partir del funcionamiento neuro-cognitivo y  lo que me ha permitido el trabajo durante todo este tiempo es encontrar distintas perspectivas que puedan enriquecerme para luego trabajar con las personas.

¿Te arrepientes de alguna decisión tomada en tu carrera profesional?

Creo que cada decisión que he tomado tiene que ver con un momento de mi vida e intento ver siempre el aprendizaje que he tenido. Seguramente que he hecho cosas o he tomado caminos que no han sido los mejores, pero de todos puedo sacar un aprendizaje, es por ello que no me arrepiento de nada, ya que intento ser muy positiva en ese sentido.



¿Alguna vez te has sentido identificada con el colectivo TEA?


Si. Muchas veces me he sentido identificada en varias situaciones: por ejemplo, cuando recién llegué a España, tuve muchísimas dificultades a la hora de entender muchos significados que tienen que ver más con frases hechas o con refranes típicos de aquí. Muchas veces me pasó que me chocaba a lo mejor alguna frase  o no las entendía  y el hecho de preguntar sonaba un poco raro, sobre todo con cosas que tienen que ver con el sentido común. Esa situación de compartir el idioma y no saber de qué te están hablando, lo han vivido también muchas persona TEA  y el hecho de ser inmigrante me ha hecho pasar por esas situaciones tan similares.


¿Estas situaciones te han hecho entender mejor el punto de vista de las personas TEA?

Creo que el haberlas vivido en mi propia experiencia me ha acercado desde otro lugar. No es lo mismo cuando uno ha compartido en su experiencia personal cosas con las que va a trabajar luego, que si simplemente es algo que te cuentan. Eso te permite empatizar de otra forma y no solamente comprender, sino también tener una lectura más acertada.

¿Qué te ha enseñado el trabajar tanto tiempo con personas TEA?

Me ha enseñado a quitarme esa idea que tenía cuando no estaba en contacto con el TEA. Lo que aprendí en la carrera y  la información a la que accedí, a través de mi vida, profesional o no, tenía que ver con una idea muy alejada de la realidad de estas personas. Y todo eso cambió, al encontrarme con familias  y con el sufrimiento que estas padecían. El encontrarme con distintas manifestaciones de lo que son esos criterios diagnósticos y el poder conectar con cada familia en particular pudiendo comprobar, cómo esos mismos criterios o etiquetas se manifestaban de forma diferente en una persona, además de la forma de intervenir y de acceder a nuevas lecturas de la realidad  y estrategias que no pasaban por un tratamiento estandarizado, eliminó cualquier rasgo estereotipado que pudiera tener o pensar  antes.  

Todo esto en conjunto me ayudó muchísimo a quitarme esa idea que muchas veces tenemos de las películas y que está muy alejada de la realidad del autismo.


¿En qué ámbitos crees tú que necesitan más ayuda las personas TEA para resolver sus dificultades?

Creo que hoy en día el gran reto de toda la sociedad es y debería ser las personas TEA en la adultez. Hemos dedicado mucho tiempo a diagnosticar en edades cada vez más tempranas, a entrenar y a formar a educadores a la hora de detectar primero los indicadores y se ha dado un avance muy grande en todo lo que es el diagnóstico, pero creo que en las personas adultas hay temas como por ejemplo la autonomía, el trabajo, de la vivienda… son cuestiones en las que todavía estamos bastante lejos y creo que son prioritarias en la actualidad.

Hoy en día casi  todos los colegios tienen profesores  de apoyo, logopedas, pero una vez que termina la persona su etapa educativa, la persona TEA adulta  se encuentra con muy pocas empresas que respeten la cuota o los espacios que puedan ayudarles a tener una vivienda digna, compartir piso o trabajar esa cuestión de la autonomía.

¿Cuáles consideras tú que son los mayores problemas que sufren las personas TEA en la sociedad?

Creo que uno de los grandes problemas, tiene que ver con el hecho mismo de tener una etiqueta que les diferencie en una sociedad que no está acostumbrada o que no le gustan las diferencias. He visto muchas personas que no han querido mostrar esa etiqueta porque el hecho de ser diferente, o tener un papel que diga que eres diferente, hoy en día por desgracia en esta sociedad en la que vivimos es un punto negativo. Por eso intentamos que el trabajo que hacemos no sea simplemente con las personas diagnosticadas sino también con la sociedad en general, intentamos trabajar en otro tipo de valores en los que se imprime el pensar en cuánto nos enriquece la diferencia y cómo podemos hacer de este mundo, un mundo para todos.

¿De qué formas o maneras les ayudas tú en tu día a día?

Yo creo que mi labor no solamente es a nivel clínico en la terapia, sino que intento trasmitir, no solamente a las familias que atiendo sino en general y las personas con las que me relaciono, esa idea de que es importante de que nos complementemos, que encontremos en las demás personas cosas que nos puedan valer, el valor de la diferencia y  lo interesante que es que todos podamos encontrar un lugar en el mundo donde sentirnos que podemos aportar algo. Yo intento en mi vida diaria llevar esto a cabo en las relaciones que tengo o las personas con las que trato.


Háblame de cómo te sientes en tu día a día trabajando con personas TEA y qué es lo que te aportan.

Creo que me aportan una visión diferente de la vida, que a mí personalmente, me enriquece. Más allá de los síntomas o de los criterios diagnósticos, creo que hay personas con experiencias y con historias de vida que son fantásticas y que muchas veces me maravillan y me aportan muchísimo a mi persona. Cada familia o paciente es como una película o un buen libro que leo.

¿Cuáles mitos consideras más falsos y denigrantes en lo que se refiere al TEA?

Hay ciertos mitos o ideas que se trasmiten que tienen que ver con esta idea de “personas máquina” de personas que no sienten, que hacen las cosas de manera automatizable o muy repetitiva y en el fondo, la realidad es que me he encontrado con personas en las que eso no es más que un simple mecanismo de defensa, es decir, que no es su característica principal. No me gusta que se les asocie con una carencia de sentimientos, ya que en el fondo son tan sensibles como todos, solo que la forma de manifestarlo es diferente. Eso genera todo tipo de malentendidos y que esa misma situación, pueda llegar a ser traumática para muchas personas.

¿Has conseguido todo lo que esperabas en esta vida?

Creo que es un largo recorrido y que aún me queda mucho por recorrer. Creo que hay mucho por hacer. Pienso que el trabajo de los profesionales tiene que ser un aporte, no solamente en las familias que atendemos en las terapias, sino también a nuestros pacientes y  a la comunidad en general. Los profesionales debemos poder utilizar toda esta información que tenemos  y a la que llegamos para que sirva de ayuda  a todos los colectivos. Es por ello que el poder articular y trabajar con distintos ámbitos es parte de nuestro trabajo, no solamente las terapias que hacemos sino en un campo mucho más amplio y sobretodo más coordinado con otros profesionales interdisciplinarios que puedan también coordinar el trabajo con otras disciplinas que inciden en los tratamientos.



Espero sinceramente que la vida me siga poniendo retos para poder vencerlos y seguir intentándolo. Soy una persona luchadora y considero los retos como incentivos. Espero que esta vida me siga poniendo situaciones complicadas para mantenerme viva.

¿Qué crees tú que necesita la sociedad para entender y comprender mejor el mundo de las personas TEA?

Creo que la sociedad necesita dejar de llevarse por las etiquetas a la hora de empezar a relacionarse con las personas. Dejar de pensar en las discapacidades  y empezar a pensar en las capacidades. Dejar de señalar a los diferentes e intentar modificarlos, en lugar de ver qué puede aportar cada uno y como nos podemos enriquecer. El encuentro y la relación  entre las personas deberían ser desde otro lugar y con otras perspectivas, no desde la etiqueta que tengas.

Creo que esto es algo que la sociedad necesita entender.




el resto de las fotos de la entrevista las colgaré en el facebook




Muchas gracias Mariana por haberme dedicado el tiempo para hacer esta entrevista....☺





3 comentarios:

  1. Felicidades a las dos. Sigue haciendo el trabajo extraordinario que has hecho hasta Mariana!.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta este articulo ya que reivindica nuestras virtudes y cualidades positivas de lo de ser diferentes

    ResponderEliminar
  3. Me encanta este articulo ya que reivindica nuestras virtudes y cualidades positivas de lo de ser diferentes

    ResponderEliminar